martes, abril 24, 2007

YONOFUI - Debo preocuparme

(El escritor se lanza una contra la "genialidad" de la película Babel. Es del País Semanal)


Javier Marías 20/04/2007

Cada vez entiendo menos, pero no me falla. Sin duda el que debe preocuparse soy yo: tendré el gusto estragado, o anticuado; quizá ni siquiera sea un escritor, y es del todo imposible que sea un intelectual.

Lo cierto es que cada vez que hay una película que mueve a los escritores e intelectuales a ocuparse de ella espontáneamente, a entusiasmarse, a ver en sus imágenes y en su guión profundos y complejos mensajes, caigo en la trampa, voy a verla y, casi invariablemente, a mí me parece una tontada pretenciosa y hueca, cuando no algo peor.

Me pasó con las películas de Von Trier en general, y en especial con aquella en la que la cantante Björk hacía de ciega seráfica durante tres horas, entre canción y canción. Me pasó con American Beauty, de Mendes, de la que por suerte se me ha olvidado todo menos la escena digna de spots -e imitada por tanto en los spots- en que sobre el cuerpecillo de una joven caía una lluvia de pétalos rojos con cursilería insuperable.

Hasta me sucedió con Mystic River, del otras veces admiradísimo Eastwood, que me resultó poco creíble, amanerada y con un Sean Penn para darle de pescozones, que por lo demás suele merecer en casi toda ocasión. Me ocurrió con Crash, de Haggis, en la que los buenos no lo eran tanto ni los cabrones tampoco, qué lección. Pero nunca escarmiento y siempre pico, así que este año me fui a ver, tan esperanzado (bueno, miento: su afamado guionista me había dado ya algún disgusto, Peckinpah mediante), la celebradísima Babel, de González Iñárritu.

Hace ya tiempo que se ha puesto de moda -yo creo que por su facilidad- un tipo de película y de novela a las que con frecuencia se aplican dos o tres adjetivos de los que debería ya huir como de la peste: si el autor o los críticos califican la obra en cuestión de "coral" o "fragmentaria", de "mestiza", "multicultural" o "intercultural" (tanto da), empiezo a desconfiar.

Cuando hay muchos personajes y ninguno sobresale sobre los demás, lo normal es que acabe por no haber ninguno, sino arquetipos apenas trazados; cuando se entrecruzan varias historias, lo habitual es que en realidad no haya ninguna, sino unas cuantas "situaciones" estancadas o empantanadas; cuando aparecen gentes de diversas culturas o lugares, suelen estar retratadas con cuatro pinceladas tópicas y "periodísticas", que subrayan un mensaje ramplón: cuanto más pobres las gentes, más generosas, alegres y bondadosas; cuanto más ricas o de países pudientes, más egoístas y superficiales. Y luego, para que a todos esos personajes les ocurran desgracias o cosas tremendas, conviene mucho que sean idiotas y metan la pata sin cesar. Esto sucede sin cesar en Babel.

Tantos espectadores la han visto ya, transidos, que no creo destripar mucho si recapitulo un poco.

Unos niños pastores marroquíes se hacen con un rifle que disparan sin ton ni son y como si la munición saliera gratis. A un matrimonio americano, que ha perdido a un hijo, no se le ocurre otra cosa que dejar a los dos que le quedan e irse a miles de kilómetros -no se sabe a qué-, a una zona semidesértica de Marruecos casi en medio de la nada.

La señora mexicana que cuida a esos niños no tiene otra idea que cruzar la frontera con ellos y con un sobrino impulsivo para asistir a una boda en el país vecino, y el guionista se encarga de que todo lo hagan tan mal como para acabar tirados en medio del campo, bajo una solana que deshidrata a los críos, y perseguidos por la policía de inmigración.

Una joven japonesa sordomuda (pero que más que sordomuda parece retrasada mental) deambula por Tokio con sus amigas y una "necesidad de comunicación" -observan con agudeza los intelectuales- que se confunde fácilmente con salidez: primero les enseña el chumino a unos horterillas de su edad, luego al dentista, luego se le desnuda del todo a un poli que no sabe qué hacer.

Para que haya alguna conexión con todo lo anterior, el anodino guionista hace que el rifle en manos de los niños pastores fuera regalado por el padre japonés de la sordomuda al guía que tuvo durante una cacería (?) en esa zona semidesértica de Marruecos en la que no se ve ni un animal, cabras aparte. Los marroquíes pobres son muy buenos y solidarios con la mujer americana malherida de un balazo pastor; los de la boda mexicana son muy vitales y cariñosos; la situación de la americana se eterniza, se estira; las escenas de la boda, también; las andanzas de la sordomuda la llevan a tirarse diez o más minutos de metraje bailoteando con los horterillas en una discoteca de la que el espectador no ve la hora de salir. Todo con una música pedante y envarada, a la que en vista de eso se le ha concedido el Oscar este año.

Todo me resultó falso, gratuito, huero, mal hilado y artificial. Eso sí, acompañado de mucha intensidad postiza por parte de guionista y director, de un solemne gesto de "genialidad".

Bien, según numerosos críticos de diferentes países, según la Academia de Hollywood, según escritores e intelectuales sin cuento (desde Carlos Fuentes hasta mi gran amigo Manuel Rodríguez Rivero, al que mucho rodríguezvenero y respeto más), la película es efectivamente genial, como todas las otras que he mencionado. Ya lo he dicho al principio, está claro: aquí el único que debe preocuparse soy yo.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Bad Mother: Yo también le tengo arrechera a las películas "inteligentes" e intensas del tipo ONG Films. Por fin alguien le dio sus sablazos y mejor si ese alguien es el gran Javier Marías.

SapoCrudo

Anónimo dijo...

No joda, ahora van a salir un poco de putos a decir que no les gustó Babel.
EL INGENIERO

Anónimo dijo...

Ayer, en una emisora de radio, oí un programa mañanero de un humor brillante, de cuyos conductores se podría hacer tesis de comunicación. Evidentemente no conocen, no tienen porque, saber de lenguaje cinematográfico, decían unos disparates buenísimos. ‘El cine es el séptimo arte, ¿cuáles son las otras seis? El que hacen los titiriteros es uno’, respondía el compañero de cabina. Todo era broma evidentemente, pero a su vez algo muy serio cuajaba allí. En realidad eso es el cine para la gente, un gran espectáculo, eso es maravilloso. Pero los buenos cineastas, sólo los buenos, han existido sin la menor duda, tanto como el mas atormentado de los artistas, sea de humor, sea de tragedia. Se vuelcan por un desbarrancadero, y se van a escribir o hacer arte con la necesaria desesperación, igual que todo artista. Sólo el pequeño detalle de la fama (actor, director, premiaciones, demás parafernalias) que a todas estas no son sino instrumentos para decir lo que quieren decir. Eso los hace ver mas superficiales, pero, ¿qué importa? En Babel hay mucho lenguaje cinematográfico bien articulado, planos que hablan por si solos, actuaciones bien llevadas, el guionista no está para nada perdido, pero evidentemente sabe bien su formulita de la manipulación , y bla, bla, bla. Hay muchas cosas creíbles de lo que me acuerdo.
Me salí de la sala cuando Gael Garcia iba en el volante brutalmente ebrio y dio la vuelta de regreso. No pude resistir verla toda, demasiada estupidez hacia los tercer mundistas. Los niños disparando como unos idiotas, los mexicanos resolviendo lo que se les presentaba de manera más idiota aun, la japonesa que quería a como de lugar ser cojonuda y no podía, no era tercermundista, se sabe, pero en fin, eso queda del otro lado, vamos.
Lo único del cine que se asemeja a la literatura, a la buena, es “saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío” y decir algo que valga.
Para mi, Babel es la generación de gente que ya puede entender el lenguaje fílmico, pero no sabe de dónde sacar ideas, sus metáforas son apagadas, nada nuevo bajo la manga, nada atrevido, en fin, no se arriesgan. Con películas tipo Babel el cine muere.
Y, confunde mas, por eso mismo, su lenguaje cinematográfico no está mal, no es que sea retebueno, porque un ejemplo, los planos de la japonesa entre el gentío y las bambalinas de la discoteca, (que lo único que tiene de bueno es el silencio sepulcral, de bola, por su sordera) murieron a la mitad de esa secuencia y el director se explaya, y el fastidio de nuevo inaguantable. El planteamiento de Babel es con franqueza, bien tonto. El gesto de genialidad del que tanto hablan no se ve ni de pasada.






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SERGIO MÁRQUEZ dijo...

Sin duda Babel me aburrió sobremanera, me importa muy poco el guión "pseudo-cuántico" que tanto manosean González-Iñárritu y su marido Guillermo Arriaga, intentando infructuosamente repetir la fórmula de Amores Perros, así como de igual manera desestimo por completo la capacidad crítica de Javier Marías, novelista igualmente aburrido e incapáz de
no repetirse a si mismo, y cuyo único talento real parece recidir en su buen tino a la hora de escoger títulos para sus obras.

SERGIO MÁRQUEZ dijo...

Por cierto, residir se escribe con "S".

demalamadre dijo...

Sergio, por suerte enmendaste el error... corrías riesgo de que te cayeran encima los "caza gazapos".
Sapo: siempre recuerdo una película canadiense inteligente: una cagada que era en un río, por suerte olvidé su nombre. con una puta cámara que se mecía y se mecía y te dejaba dormido.

Pensé que me había gustado Babel, pero que algo no me cuadraba. Y era eso: qué coño hacían esos gringos paseando por ahí, porqué la vieja mexicana que parecía dulce y sensata se mandó semejante estupidez, qué mierda la pasaba a la japonesa que de tan quesúa cometía tantas idioteces. Tampoc entendí porqué Gael no paró el carro y listo. Javier Marías me jodió la película.

Anónimo dijo...

EL QUE VALLEJO SEA UN MARICAZO SENIL IMPORTA MUY POCO, LO IMPORTANTE EN ESTE CASO ES ENTENDER QUE VALLEJO, COMO MUCHOS OTROS DE SU EDAD, MARICOS O NO, CREE QUE POR TENER LA EDAD QUE TIENE UNO NO PUEDE DARLE SU COÑAZO POR SER UN VIEJO ESTÚPIDO.

Anónimo dijo...

irrga, el gordito locutor se las trae: deja un mensaje para leerlo seis horas después

coco chanel dijo...

Este anón, tiene que revisarse con un especialista, pues la arrechera si no se quita en dos días, ¡ay!, algo grave furulea.
Vale, yo firmo contra Babel. Que Javier Marías te haya aguado la fiesta, parece que fue su mejor novela.

Anónimo dijo...

Malame: para qué te metiste con la señora Vallejo: ahora el maricón saboteador ése te va a tener jodido el Blog. Tigre: uno no debe meterse ni con maricos ni con gochos, se empava uno para toda la vida.

SapoCrudo

Anónimo dijo...

Ahora resulta que a nadie le gustó Babel. La fui a ver en un cine foro junguiano en el Tranocho, las entradas no sólo se agotaron, sino que tuvieron que dar puerta franca para aquellos que querían comentar la película. La gente lloraba en sus intervenciones hablando de la incomunicación, la globalización, la solidaridad del humilde; se aplaudían a rabiar las sentidas intervenciones. Sólo un gordito se atrevió a opinar que la película era de lo más regularzona, nada que ver con los Amores Perros. Casi lo linchan. La cartita de la adolescente sordomuda causó tanto enigma como qué diablos le pasó al chamo del cuento de Armando Coll. Creo que hasta se armó una sociedad de amigos de Babel. Y aquí, en demalamadre, no le sale ni un defensor a la película.

Anónimo dijo...

verga, yo sí soy saboteador

chacales, Babel no merece ningún comentario. A menos que a uno le gusten las peliculitas demagógicas de los gringuitos que viajan fuera de su país

pura mierda enlatada. Y pónganse cómodas porque dentro de poco sólo habrá gringadas en la cartelera. Entonces van a poder cotorrear a sus anchas

Anónimo dijo...

Sin duda Babel me aburrió sobremanera, me importa muy poco el guión "pseudo-cuántico" que tanto manosean González-Iñárritu y su marido Guillermo Arriaga, intentando infructuosamente repetir la fórmula de Amores Perros, así como de igual manera desestimo por completo la capacidad crítica de Javier Marías, novelista igualmente aburrido e incapáz de
no repetirse a si mismo, y cuyo único talento real parece recidir en su buen tino a la hora de escoger títulos para sus obras.

Anónimo dijo...

marico, felicitaciones por lo de vallejo

coco chanel dijo...

Yo vi Babel antes de leer esto de Marías. Es muy largo explicar porque es medianamente mala, pero es mas corto decir que no me gustó y hasta la aborrecí. Simple, yo pertenezco al club abstracto de los anti-babel. Ese cine-foro son de esas pavosidades doblemente latosas. Imagínate un film aborrecible y el foro también.

Anónimo dijo...

LO MAS ARRECHO ES QUE MALAMAE NO SE METIO CON EL MARICO DE VALLEJO SINO QUE SE PUSO A JALARLE BOLAS